Cambio de la cultura de la Iglesia hacia el discipulado
El obispo del Norte de Argentina dice que le gustarĂa ver un cambio de la cultura de la Iglesia Anglicana para que el discipulado sea parte de su ADN.
El reverendo Nick Drayson es el obispo del norte de Argentina y el primado de la provincia anglicana de América del Sur, que incluye Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay. Ha ejercido la mayor parte de su ministerio en Sudamérica, donde fue ordenado diácono hace más de 40 años.
El obispo Nick hablĂł con el equipo de la Conferencia de Lambeth sobre su convicciĂłn de que el discipulado constituye la clave del crecimiento de la iglesia.
«Una de las cosas que hemos dicho a menudo en el grupo de trabajo del Discipulado Intencional de la ComuniĂłn Anglicana, es que queremos cambiar la cultura de la Iglesia Anglicana. Por encima de todo, nos gustarĂa que la gente mirara a la Iglesia Anglicana y pensara en el discipulado».
«Creo que estamos muy lejos de eso, a pesar de que ha habido algunos avances importantes y algunos pasos decisivos en la forma en que muchas iglesias a lo largo de la Comunión han tomado el discipulado más seriamente, y más centralmente, aún creo que cambiar la cultura es algo a lo que todos aspiramos».
En cuanto al futuro, dijo: «Tenemos que tomarnos en serio el tema de la multiplicaciĂłn, recordemos que JesĂşs llamĂł a 12 discĂpulos, los discipulĂł durante tres años y luego los enviĂł por el mundo y todos ellos hicieron más discĂpulos; por eso hoy tenemos una Iglesia global. Este desafĂo sigue ahĂ, multiplicarnos para hacer discĂpulos que hagan discĂpulos».
«Hay una cita que utilizamos a menudo y que me parece muy desafiante que dice: ‘Si hacemos discĂpulos, siempre tendremos Iglesia. Pero si intentamos construir Iglesia, rara vez conseguiremos discĂpulos’. Dicho al revĂ©s, podemos hacer iglesias pero no necesariamente conseguir discĂpulos. En cambio, si conseguimos hacer discĂpulos de verdad, seguro que obtendremos iglesias. AsĂ pues, fijemos nuestro discipulado en los estándares de santidad, amor, aprendizaje y compromiso de JesĂşs».
ÂżCĂłmo definirĂa el discipulado?
«Creo que la forma más Ăştil que encuentro para definir el discipulado es la expresiĂłn «vida moldeada por JesĂşs», que muestra los dos tipos de aspectos de lo que significa el discipulado. Es ser moldeados por las enseñanzas de JesĂşs, su ejemplo, su persona, sus caminos, que moldean la forma en que pensamos y actuamos, y tambiĂ©n ser moldeados por JesĂşs a travĂ©s del EspĂritu Santo que trabaja en nosotros para producir cambios y crecimiento.
El discipulado, en su definiciĂłn más simple, significa aprender. Cuando JesĂşs llamĂł a hombres y mujeres para que estuvieran a su lado, los llamĂł a estar con Ă©l, a caminar con Ă©l y a aprender de todo lo que hacĂa. Y eso es, en efecto, lo que los discĂpulos seguimos estando llamados a hacer. Se nos pide que hagamos discĂpulos. AsĂ que ser un discĂpulo consiste en vivir y compartir una vida modelada por JesĂşs en su expresiĂłn más sencilla».
Según el obispo Nick, la construcción del discipulado en el contexto de América del Sur implica trabajar con personas de diferentes contextos.
«Nuestra diĂłcesis es bastante variada en tĂ©rminos de cultura, tenemos cuatro o cinco idiomas diferentes que van desde el ministerio urbano-europeo, hasta la poblaciĂłn cazadora-recolectora muy rural, tribal, que vive en una comunidad mucho más cercana entre sĂ. Una de las cosas que hace la Iglesia es reunir a personas que normalmente no estarĂan juntas. En la diĂłcesis, eso ocurre a nivel macro, con personas de origen europeo y personas de origen tribal, que buscan mezclarse y entenderse. Y si pensamos en el discipulado en esos tĂ©rminos, estamos pensando en lo que significa ser un lĂder formado por JesĂşs, o un padre o madre formado por JesĂşs, o un estudiante o un trabajador, o incluso un cazador. Y asĂ, toda la tarea de discipulado en un entorno comunitario es que no es sĂłlo lo que sucede en la Iglesia, cuando estamos hablando de cosas espirituales, se trata de toda nuestra vida en la comunidad en la que Dios nos ha colocado y de la Iglesia como una especie de comunidad dentro de ella que modela la forma de hacer las cosas a la manera de JesĂşs y da espacio para que el Reino de Dios crezca y se manifieste en la comunidad».
¿Qué barreras ve usted para el discipulado?
«Algunas de las barreras para que las personas se conviertan en discĂpulos o lleguen a la fe tienen que ver con el individualismo y la autonomĂa, con querer ejercer los propios derechos y ser independientes, que en muchas partes del mundo es un valor muy importante, quizás menos en otras culturas. Otra área es la insinceridad y la hipocresĂa, cuando la gente ve que la Iglesia hace algo diferente a lo que dice creer. Cuando JesĂşs nos llama a ser discĂpulos, nos pide que hagamos lo que dijo e hizo, y eso implica obediencia. Creo que una de las grandes barreras para el crecimiento en la fe en nuestro contexto es una especie de superficialidad y nominalismo, lo que significa que la gente no está viviendo su fe verdaderamente».
ÂżCĂłmo se relaciona el discipulado con el crecimiento de la Iglesia?
«Creo que el discipulado hace que las personas realicen misiones. Los discĂpulos fueron llamados a hacer discĂpulos y Ă©sa es la base de la misiĂłn, pero tambiĂ©n la forma en que Dios nos llama a salir al exterior, en lugar de limitarnos a ser un grupo consagrado. Creo que es un claro desafĂo a nuestro egoĂsmo e individualidad, para salir realmente de nuestras zonas de confort hacia nuevos lugares, relacionarnos con nuevas personas y ser vulnerables y compartir la Buena Nueva. AsĂ que creo que está relacionado de manera significativa. Pensemos en un nĂşmero de personas que, gracias a que se convirtieron en discĂpulos, se levantaron de sus puestos y salieron a ayudar a otras personas o a compartir la Buena Nueva con otras personas, lo cual significĂł incomodarse».
ÂżCĂłmo influye el discipulado en los problemas actuales de nuestro mundo?
«El concepto de ser un discĂpulo de toda la vida nos aleja de la idea de que el discipulado es sĂłlo algo que se hace en un contexto eclesiástico para tratar cuestiones espirituales. Tiene que ver con todo. AsĂ, si como cristianos abordamos los grandes desafĂos como el cambio climático, la injusticia, la pobreza, el racismo y la violencia de gĂ©nero, lo hacemos como discĂpulos y tenemos que preguntarnos cuál es la respuesta que darĂa JesĂşs a estas cosas, y si lo hacemos como comunidad, entonces estaremos modelando una respuesta a la medida de JesĂşs en ese contexto. No somos discĂpulos en el vacĂo, estamos en un contexto muy claro en el que los valores del Reino se deben modelar y enseñar, y aplicar a estos problemas».